El País

Javier Okseniuk: “La recuperación económica será marginal y estará llena de incertidumbres”

El economista considera que el bajo poder adquisitivo de los salarios reales y la debilidad del crédito bancario se mantienen como obstáculos para un crecimiento económico más robusto.

El economista Javier Okseniuk, director ejecutivo de la consultora LCG, afirmó que, de haber un rebote económico, “sería muy marginal” en el corto plazo.

Por su parte, explicó que, aunque junio podría representar el punto más bajo del año, no se espera que los meses siguientes presenten mejoras significativas: “Los meses subsiguientes, si rebotan, lo harán en dosis módicas”.

Si bien durante julio se mostraron signos positivos, aclaró que “la recuperación será muy limitada debido a la persistente incertidumbre, especialmente en el frente cambiario”.

En este sentido, subrayó que el bajo poder adquisitivo de los salarios reales y la debilidad del crédito bancario se mantienen como obstáculos para un crecimiento económico más robusto.

Pese a la desaceleración de la inflación en julio (4%), la predicción anual del gobierno no resulta suficiente incentivo (se prevé un 139%).

El economista recordó que la Argentina ha experimentado un estancamiento económico desde 2011, con un PBI per cápita en 2023 que se encuentra un 15% por debajo de aquel nivel.

“Es un estancamiento estructural que no se resolverá rápidamente”, afirmó Okseniuk.

Respecto al cepo cambiario, el economista enfatizó que no espera grandes cambios en la segunda mitad del año: “No creo que el cepo sea un factor determinante para la inversión en el corto plazo. En un escenario de corrida cambiaria, el cepo podría incluso tranquilizar un poco las aguas”.

¿Es posible la recuperación económica?

Al analizar las posibles fuentes de recuperación, Okseniuk señaló que existen dos escenarios en los que la economía podría mejorar significativamente.

El primero sería un “shock de oferta”, como ocurrió durante la pandemia, donde la recuperación fue rápida tras la reapertura de la economía.

El segundo escenario sería una fuerte inversión que impulse el consumo, aunque reconoció que esto es poco probable en el corto plazo: “El gobierno apuesta por la inversión, pero solo veremos resultados en sectores con márgenes de rentabilidad elevados, como la energía”.

Finalmente, coincidió con otros economistas en que una devaluación desordenada generaría más incertidumbre y afectaría negativamente la actividad económica.

“El gobierno debería buscar financiamiento externo, preferentemente a través de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, sugirió.

Sin embargo, advirtió que esto implicaría cumplir con una serie de condiciones que podrían ser difíciles de negociar.

Esta necesidad de financiamiento externo se vincula estrechamente con la incertidumbre en torno al stock de reservas internacionales.

Destacó que la principal fuente de incertidumbre reside en si el flujo positivo de entrada de dólares por el comercio exterior será suficiente para cubrir el turismo emisivo y la deuda dolarizada.

“Es crucial intentar conseguir de manera rápida ese colchón de dólares que está faltando, ya que no se puede resolver todo con una devaluación”, reconoció el economista.

Sobre el nivel de actividad, Oknseniuk concluyó: “Será un proceso lento, y la principal fuente de incertidumbre sigue siendo la falta de reservas internacionales y la capacidad de atraer inversiones”.

Te puede interesar

Cargando...
Cargando...
Cargando...